Acabar con el hambre y la pobreza extrema es el primero de los ocho objetivos que hace una década 189 jefes de estado y de gobierno se comprometieron a alcanzar en 2015. Por tanto sólo quedan cinco años para lograr tanto éste como los otros siete, esto es, asegurar la enseñanza primaria universal, disminuir la mortalidad infantil, mejorar la salud materna, combatir el sida y otras enfermedades, promover la igualdad de géneros, garantizar la sostenibilidad del medio ambiente y fomentar una asociación mundial para el desarrollo. La cumbre de Nueva York no sólo debe servir, pues, para reafirmar el compromiso acordado hace una década, sino también para acelerar el paso de manera muy urgente hasta lograr los ocho objetivos que se pretenden.
Queda muy poco tiempo, y la crisis no debe servir como excusa para no seguir luchando y alcanzar una meta que es de justicia, que es una cuestión de derechos humanos. Es responsabilidad de todas las administraciones trabajar en esta tarea, pero también desde la sociedad civil debemos decir alto y claro que queremos un mundo más justo e igualitario.
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