El matrimonio se celebró en el exclusivo Club de la Unión, en el norte de Quito. ¿Entre los invitados? Magistrados y políticos. Hace menos de un año, con una autorización emitida por el Registro Civil, el entonces presidente de la Corte Nacional de Justicia (CNJ), José Vicente Troya, casó a dos abogados: Johana Farina Pesántez Benítez y Jaime Xavier Cazar Valencia.
Ella, funcionaria de carrera de la Función Judicial desde hace doce años y, desde el viernes, la nueva ministra de Justicia del presidente Rafael Correa. Él, antiguo hombre de confianza y abogado personal del fallecido líder del Partido Social Cristiano (PSC), León Febres-Cordero.
En las cortes, la flamante ministra pasó de inexperta secretaria de despacho a cotizada asesora de los presidentes. Por ello, cuentan fuentes del organismo, hace unos meses Rafael Correa “la mandó a llamar” bajo la figura de “comisión de servicios”.
Al menos hasta marzo –según las nóminas que reposan en la Judicatura, donde figura como coordinadora jurídica interinstitucional de la Corte Nacional de Justicia (CNJ)– seguía enrolada como empleada de la Función Judicial, con la partida 1155. Sin embargo, en la práctica, por la figura de “comisión de servicios”, ya venía ejerciendo como asesora jurídica del Ejecutivo.
Johana Pesántez se estrenó en la entonces Corte Suprema de Justicia (CSJ) de la mano del exmagistrado Carlos Riofrío Corral, quien –según el propio Febres-Cordero admitió durante una entrevista con este Diario, publicada en enero del 2004– estaba afiliado a su partido.
Riofrío fue presidente del PSC en Pichincha y, durante al menos ocho años, también fue integrante del directorio nacional como jefe de la Sección de Profesionales, según confirman dirigentes de esta agrupación.
“Yo, efectivamente fui militante del PSC. No renegué nunca ni reniego ahora de mi ideología política, pero yo, por elemental delicadeza, me desafilié del partido antes de ir a la Corte Suprema”, comenta Riofrío.
Vía telefónica desde Estados Unidos, Riofrío cuenta los inicios de Pesántez en la Función Judicial: “Fue mi secretaria en la Corte Suprema. Ella estaba terminando la universidad en esa época. En 1999 sería, no recuerdo la fecha. Efectivamente, pedí que se incorpore como mi asistente personal en la oficina”.
Aclara que su contratación no fue por afinidad política y que la conoció por referencias de Pilar Sacoto, conjueza de Riofrío en esa época. Sacoto conoció a la hoy ministra en la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE), donde la exconjueza ha sido catedrática y decana. Pesántez obtuvo allí su título.
Trabajó con Riofrío hasta el 2004, cuando Lucio Gutiérrez –vía resolución del Congreso, a través de una mayoría afín a su gobierno– declaró cesantes a los magistrados designados en 1998 porque la Corte “estaba politizada” y, según decían los exlegisladores, se quería “restar” la presencia de los socialcristianos.
Cuando Pesántez trabajó con Riofrío él ejercía la Presidencia de la Primera Sala de lo Penal. Esa Sala dictó, por ejemplo, la orden de arresto domiciliario contra el expresidente Gustavo Noboa tras supuestamente hallar “indicios suficientes” de peculado en la indagación que se le siguió a él y a 10 personas más.
El proceso penal se había iniciado luego de que Febres-Cordero, entonces diputado, presentara una denuncia, el 21 de mayo del 2003, en la que acusó a Noboa de una irregular renegociación de la deuda externa.
El abogado de Febres-Cordero en ese caso fue uno de sus hombres de mayor confianza: Cazar, hoy esposo de la ministra Pesántez. “Sí, el doctor Cazar fue su abogado y, en consecuencia, iba a la Corte para impulsar ese trámite, pero no tuvo ninguna influencia, ni del partido ni de nadie, en la decisión que tomó la Sala”, asegura Riofrío.
Cazar también fue abogado de Febres-Cordero en el juicio por injurias calumniosas que presentó contra Rodrigo Fierro, articulista de diario El Comercio.
Seis dirigentes del PSC recuerdan que la pareja de la actual ministra sí fue cercana a este partido. Cuentan que, en realidad, Cazar era hombre de confianza de Xavier Neira, quien –según añaden– lo llevó a la agrupación. Primero trabajó como su asesor en el Congreso y, cuando este dejó el Parlamento, cumplió esta misma tarea con Harb. Neira y Harb fueron las dos figuras más cercanas a Febres-Cordero en la agrupación.
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