Premio Nobel 2024: la calidad de las
instituciones potencia el crecimiento económico
Los
profesores D. Acemoglu, S. Johnson y J. Robinson han obtenido el Premio Nobel
de Economía 2024 por sus estudios sobre cómo la fortaleza de las instituciones
influye en la prosperidad económica relativa de los países. Su mensaje es
especialmente relevante hoy, cuando se observa un retroceso global en la
calidad institucional.
El
premio Nobel de Economía ha reconocido en 2024 a los profesores Daron
Acemoglu, Simon Johnson y James A.
Robinson,
por sus estudios sobre cómo las instituciones económicas y políticas se
desarrollan y determinan la prosperidad de las naciones y la desigualdad entre
ellas.
¿Por qué la calidad de las instituciones es fundamental para el desarrollo
económico? ¿Qué posición ocupa España a nivel internacional? ¿Y qué importancia
pueden tener para los bancos centrales y, en concreto, en el Banco de España,
estas aportaciones?
¿Cuál
es la contribución de los nuevos premiados a la economía?
Hay
países ricos y países pobres. Algunos de estos últimos consiguen progresar y
desarrollarse desde posiciones retrasadas, como España o los países asiáticos
en las últimas décadas. ¿Cuáles son las causas últimas de estas diferencias en
la riqueza y de que se mantengan? ¿Por qué fracasan los países?
Por
la calidad de las instituciones, es la respuesta de los economistas
galardonados. Las instituciones determinan la relación entre quienes ostentan
el poder (las élites gobernantes) y el resto de la sociedad. Cuanto mejores
son, mayor es la prosperidad y mayores son las posibilidades de desarrollo
económico.
Acemoglu,
Johnson y Robinson distinguen entre dos tipos de instituciones:
- Las instituciones
inclusivas, que se fundamentan en el respeto al Estado de Derecho, y
que suelen estar asociadas a sociedades democráticas. En estas
instituciones, las élites permiten a la ciudadanía desenvolverse, de forma
que alcance sus objetivos económicos y sociales. De este modo, este tipo
de institución incentiva los comportamientos que facilitan el buen
funcionamiento de la economía, la creación de riqueza y el desarrollo de
la sociedad civil. Y una sociedad civil fuerte demanda mejores
instituciones, con lo que se genera un círculo virtuoso de crecimiento
económico, progreso social y mejora continua de las instituciones (esquema
1).
- Las instituciones
extractivas, donde se conculcan derechos básicos y no hay seguridad
jurídica. Aunque son más comunes en autocracias, también pueden estar
presentes en democracias. En este caso, las élites persiguen extraer los
recursos del resto de la sociedad para su propio beneficio. Este contexto
limita el incentivo de la sociedad a generar riqueza, emprender e innovar
y menoscaba el desarrollo social.
Esquema
1
LA
CALIDAD DE LAS INSTITUCIONES GENERA UN CÍRCULO VIRTUOSO
Las
instituciones inclusivas facilitan la creación de riqueza y el desarrollo de la
sociedad civil, conformando un círculo virtuoso de crecimiento económico y
mejora de las instituciones.
¿Cómo
respaldaron su teoría? Con el análisis
empírico de la colonización europea a partir del siglo XVI;
en concreto, con la comparación entre modelos de colonización (más o menos
extractivos) y los resultados en términos de desarrollo económico.
Un
punto importante que se deriva de su teoría es que la brecha de
desigualdad entre naciones no es fácil de cerrar. La fortaleza institucional
favorece no solo el crecimiento económico, sino la propia mejora de las
instituciones. Pero la debilidad institucional obstaculiza no solo el
desarrollo, sino también el fortalecimiento institucional, lo que muchas veces
impide cerrar la brecha.
Otro
corolario es que las reformas, para ser efectivas, requieren el contexto
adecuado. Este punto lo analizaron en un artículo sobre la independencia de los bancos centrales,
precisamente. En las últimas décadas, la mayoría de los bancos centrales se han
convertido en independientes de los gobiernos. Y esta independencia se
considera una de las razones para la reducción de la inflación en muchos
países. Lo que demostraron los tres laureados es que en los países con
instituciones extractivas los resultados en términos de control de la inflación
eran peores. La razón que dan es que las demandas de las élites seguían
requiriendo un cierto nivel de distorsiones en los precios que acababan
generando inflación.
¿Cómo
romper el círculo vicioso entre instituciones y prosperidad? A través de los
cambios en el equilibrio social. Un problema de las élites extractivas es la
falta de credibilidad y de confianza por parte del resto de la sociedad. Para
mantener el poder están tentadas de prometer cambios para mejorar el bienestar
de la población, que raramente cumplen. Esta situación genera descontento que
puede acallarse, bien con más represión, o bien con la constatación por parte
de la élite de la necesidad de reformas y de ceder parte del poder político a
la ciudadanía. En este caso los cambios pueden darse de modo gradual y
pacífico, como en las transiciones democráticas; en el primero, pueden ocurrir
de repente y de modo convulso, como en las revoluciones.
Acemoglu
y Johnson, en su reciente libro Poder y progreso,
también han analizado el papel de la tecnología y la innovación en el
crecimiento económico y en la configuración del poder. Por un lado, reconocen
el efecto positivo del progreso tecnológico (democratizador) sobre las
instituciones a lo largo de la historia. Por otro lado, alertan de que la
revolución tecnológica actual, liderada por la internet y la inteligencia
artificial, y concentrada en grandes corporaciones, puede tener un impacto
negativo sobre el empleo y la propia calidad de la democracia.
¿Cómo
ha evolucionado la calidad de las instituciones en España?
Desde
hace 25 años, el Banco Mundial elabora unos Indicadores Globales de Gobernanza en
los que valora cuatro grandes áreas de calidad institucional: el control de la
corrupción, la efectividad del gobierno, la calidad regulatoria y el Estado de
Derecho. El análisis tiene un ámbito global y permite las comparaciones
internacionales. Y el Banco de España está prestando cada vez más atención a
estas cuestiones, a través de la investigación de sus economistas.
¿Cómo
queda España en estas clasificaciones? El gráfico 1 muestra un retroceso. En la
parte superior del gráfico se observa una caída en cada una de las cuatro áreas
desde mediados de los años noventa. Y en la parte inferior se observa que,
aunque la mayoría de los países ha registrado una pérdida de calidad
institucional en los últimos años, la de España ha sido mayor. Esto supone una
caída en la clasificación global y situarse por debajo de la media europea.
La
calidad institucional ha sufrido un retroceso en los últimos años a nivel
global, pero en España ha sido mayor.
La
importancia de la calidad institucional ha ganado enteros en las últimas
décadas, gracias a las contribuciones de los nuevos laureados. No obstante,
algunas conclusiones son poco consistentes con lo que estamos observando
últimamente. Por ejemplo, ¿cómo conciliar esta teoría y el fuerte desarrollo
económico experimentado por distintas economías con regímenes no democráticos,
como China? ¿O el retroceso institucional reciente en las democracias
desarrolladas, contraviniendo la idea del círculo virtuoso? Todo ello no
debilita la tesis principal de los Premio Nobel: que unas instituciones fuertes
potencian el crecimiento. Es un recordatorio oportuno en estos tiempos
inciertos y todas las instituciones públicas debemos trabajar para mejorar
nuestra calidad.
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Fuentes:
FUENTE
NOTICIA https://www.bde.es/wbe/es/noticias-eventos/blog/premio-nobel-economia-2024.html
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RESUMEN EN https://www.nobelprize.org/uploads/2024/10/press-economicsciencesprize2024.pdf