Resumen ejecutivo
La última estimación del Centro Estratégico de Geopolítica (CELAG) cifró en 3.500 millones de dólares el dinero sucio que se lavó durante el año 2021 en el sistema financiero de Ecuador, triplicando así la estimación de 1.200 millones del período 2007-2016. El estudio de CELAG encuentra que el crecimiento de dinero ilícito en el torrente legal coincide con el proceso de desregularización del sistema financiero y las superlativas tasas de ganancia que reporta la banca ecuatoriana desde el año 2017. Los hallazgos de CELAG están en concordancia con análisis periodísticos que aseguran que en el país se lava entre 2 % y 5 % del PIB anualmente.
Seis años de minimización del Estado y desinstitucionalización del país dejan un saldo desalentador en los social y lo económico: pobreza, violencia e instituciones capturadas por el narcotráfico. A esta economía del desastre social podemos sumar un efecto paradójico: la “estabilidad macroeconómica del narcotráfico”, entendida como la capacidad que tienen los narco-dólares de penetrar en el sistema financiero, aumentar la tasa de ganancia de la banca y brindar una falsa estabilidad financiera y monetaria, la cual es discordante con la salud de la economía real (empleo, producción y pobreza). El volumen de recursos disponibles en el sistema financiero ecuatoriano es absolutamente atípico para los crecimientos históricos de la masa monetaria y al largo período de estancamiento de la economía –pre y post pandemia–.
El estudio de CELAG utiliza una metodología innovadora en base al balance de los flujos monetarios de la economía en las últimas décadas, tanto el volumen de depósitos que recirculan en la economía (dinero bancario) como los flujos netos que la economía recibe desde el exterior. Con esta estimación CELAG contribuye al debate sobre el lavado de dinero, una temática de difícil aproximación y responsable de la grave crisis de seguridad que vive el país.
Introducción
Este análisis busca realizar una medición del dinero que ha sido introducido a la economía ecuatoriana mediante lavado de activos a través del sistema financiero. El análisis no revisa los mecanismos mediante los cuales esto habría ocurrido, sino que pretende establecer la cantidad de dinero que anualmente el sistema financiero introduce en la economía. Lo primero no se analiza puesto que requeriría acceso información que solamente poseen las oficinas de cumplimiento de las entidades financieras, así como la UAFE, información que no es de acceso público bajo la legislación de prevención de lavado de activos nacional.
Este ejercicio toma relevancia por varios aspectos. En primer lugar, existe abundante literatura a nivel internacional sobre la relación entre el lavado de dinero y el incremento de la inseguridad o violencia en las sociedades, fenómeno que se torna de análisis urgente en el escenario nacional de escalada de violencia durante al menos los últimos tres o cuatro años.
En segundo lugar, al ser la economía ecuatoriana una economía dolarizada, la concepción generalizada es que el Banco Central no puede imprimir dólares y por lo tanto no puede aumentar la cantidad de dinero como pueden hacerlo activamente los bancos centrales en economías con moneda propia, además de que al no existir monetización del déficit fiscal tampoco se puede incrementar la cantidad de dinero por dicha vía. Por este motivo, la cantidad de dinero (dólares) en la economía solamente puede crecer como resultado de un saldo positivo de balanza de pagos para el Ecuador. En el Ecuador, desde el discurso de las entidades financieras, sus personeros y organismos gremiales han difundido que las entidades bancarias no crean dinero, sino que solamente prestan el dinero que les han confiado los depositantes, argumentando que su función de intermediación no tiene efectos en el crecimiento de la cantidad de dinero que existe en la economía, puesto que lo sano en la dolarización es que nadie tenga la capacidad de crear dinero.
Paralelamente, recientes análisis periodísticos han sugerido que en la economía ecuatoriana se lava dinero por un monto anual alrededor de entre 1 %, 2 % y hasta un 5 % del PIB, que a cifras actuales resulta en un monto anual promedio de 3.500 millones de dólares.
Desde una perspectiva práctica, si el sistema financiero ecuatoriano lava una parte de ese dinero, significa que acepta como depósitos de sus clientes un dinero con un origen ilícito y luego lo presta, como parte de sus actividades de intermediación financiera, con lo que gana intereses por ese dinero prestado. Es en este marco, entonces, que llama la atención el crecimiento de las utilidades promedio anuales del sistema financiero desde que en el año 2019 se retornó a una política económica basada en los acuerdos con los organismos multilaterales.
El gráfico 1 muestra la evolución anual de las utilidades de las entidades del sistema financiero ecuatoriano, que incluye tanto a la banca privada como a las entidades de la economía popular y solidaria (cooperativas).
Lo primero que llama la atención en el gráfico es el crecimiento de las utilidades anuales a partir del año 2017, con excepción del año 2020, correspondiente a la pandemia. Si se obtienen promedios por períodos gubernamentales, se tiene que para el período 2007-2016 las utilidades promedio fueron de 361 millones de dólares anuales, mientras que para el período 2017-2020 subieron a 592 millones de dólares y para el período 2021-2022 alcanzan un promedio de 586 millones de dólares por año.
Sobre la base de todas estas consideraciones, el presente análisis busca realizar una medida del dinero que se ha lavado a través del sistema financiero desde una perspectiva de los agregados y flujos monetarios de la economía ecuatoriana. La metodología utilizada busca identificar y medir el monto de dinero bancario que no tiene una explicación lógica en el crecimiento nominal de la economía ni en los resultados de los flujos de balanza de pagos que justifiquen ese crecimiento de la cantidad de dinero.
El análisis realiza una breve revisión de literatura, considerando que no existen estudios especializados en la temática. La tercera sección describe la metodología utilizada para identificar el monto de dinero irregular anual que el sistema financiero admite en su funcionamiento. La cuarta sección presenta los resultados de este análisis y le quinta sección presenta algunas conclusiones.
La literatura sobre el lavado de dinero a través del sistema financiero ecuatoriano es reducida. No se han publicado o difundido estudios o análisis pormenorizados del tema, salvo notas de carácter periodístico. Por este motivo, en esta sección se hace una breve reseña de publicaciones existente respecto al tema de lavado de activos desde una perspectiva general y teórica internacional, así como de información periodística disponible.
Existe literatura internacional que revisa la relación entre flujos financieros ilícitos, lavado de activos y seguridad, más precisamente la inseguridad, bajo la perspectiva de que esos flujos son los que financian actividades ilícitas que generan inseguridad (King y Belikow, 2022). Este enfoque sobre lo ilícito de los flujos financieros y el lavado de activos hace notar que el carácter ilícito de los mismos debe analizarse tanto respecto a su origen, así como en la forma en que se transfieren y usan posteriormente, lo cual ocurre a través de diversos mecanismos que buscan “legalizar” o formalizar dicho dinero dentro de un sistema económico a través de actividades aparentemente legales. De este modo, el dinero ilícito puede terminar en el sistema financiero ya sea como resultado de que ha sido ya “formalizado” a través de actividades económicas o porque ha servido de instrumento para dicha formalización. La otra vinculación de los flujos ilícitos, aparte de la inseguridad, es con la política. La experiencia mundial muestra la enorme relación que existe entre la permisividad o la existencia de mayores o menores controles, dependiendo de los intereses de los actores políticos y los actores económicos (y sus relaciones).
Otra distinción importante respecto a los flujos financieros ilegales se relaciona al menos a dos tipos de flujos, por un lado los que se originan en el robo de activos públicos y en el crimen y, por otro, aquellos originados en evasión de tributos y en abusos por elusión normativa (Cobham y Jansky, 2017). La distinción de los mismos, una vez que han ingresado al circuito de una economía, se torna altamente difícil de realizar dada la fungibilidad del dinero.
En relación a los flujos relacionados con actividades criminales, la literatura analiza desde una perspectiva conceptual las fuentes de financiamiento y métodos utilizados, así como en enfoques metodológicos para realizar estimaciones que permitan cuantificarlos (Schneide y Caruso, 2011).
Al respecto, se señala que las fuentes de financiamiento de actividades como el terrorismo pueden ser desde los propios Estados, financistas privados individuales o corporativos, comunidades étnicas o religiosas, organizaciones benéficas, negocios legalmente establecidos, esto desde la perspectiva de fuentes legales, mientras que en las fuentes ilegales se encuentran actividades como el tráfico de drogas, contrabando de todo tipo, tráfico de armas, personas, etc. Todo esto da cuenta de la enorme variedad de formas en las que el flujo de dinero ilegal puede originarse. Respecto a los métodos para el lavado de dinero, la literatura enumera al menos las transferencias de banca electrónica, depósitos en efectivo, sistemas de transferencia informales, contrabando de efectivo, apuestas, seguros, instrumentos del mercado de valores, propiedad de negocios, esconder propiedad en empresas de papel, bienes raíces y bienes duraderos, etc., lo cual evidencia la enorme cantidad de canales por los cuales esto puede ser realizado.
Notas de portales web publicadas recientemente en Ecuador señalan que no existen estudios específicos sobre el tema en dicho país ni cuantificaciones, así como recogen que los intentos en años recientes de instancias gubernamentales por valorar el lavado de dinero no han llegado a concluirse (PlanV, 2022). Se señala también que para este fin se suele utilizar un rango de entre 2 % y 5 % del PIB, que fuera establecido en algunos informes internacionales desde hace más de 20 años (UNODC, 2011). Según este parámetro el lavado de dinero anual en el Ecuador estaría alrededor de los 3.500 millones de dólares anuales, en promedio.
El sistema financiero formal es uno de los canales a través de los cuales el lavado de dinero puede llevarse a cabo, puesto que una vez introducido dicho dinero ilegal en el sistema su utilización se facilita enormemente, pues incluso por aspectos normativos, una vez bancarizado se asume que el dinero está limpio y es aceptado por los agentes económicos sin que haya duda alguna sobre su origen. Como se señaló al inicio de este artículo, no existen estudios sobre esta temática para el caso ecuatoriano, por lo que este artículo pretende realizar una aproximación metodológica desde los agregados macroeconómicos para valorar la cantidad de dinero que se podría estar lavando en el sistema financiero nacional.
Metodología
Para identificar la magnitud del monto de dinero que año tras año se podría atribuir a lavado en el Ecuador se ha definido una metodología que parte de la información pública disponible y publicada por el Banco Central del Ecuador (BCE) en las estadísticas monetarias.
Para ello, en primer lugar, se define lo que para este análisis se denomina dinero bancario, que es todo aquel dinero que se encuentra registrado como saldos de los actores económicos en las entidades del sistema financiero, ya sea bancos o cooperativas y que no corresponde a especies monetarias en circulación ni a monedas. Es decir, el dinero bancario es todo aquel que está en el sistema financiero en forma de anotaciones contables y que no tienen respaldo alguno en billetes físicos ni monedas físicas.
Este dinero bancario se obtiene descontando del indicador de liquidez agregada (M2) todo el monto de especies monetarias en circulación (EMC) y la moneda fraccionaria. De manera ilustrativa, de acuerdo a las estadísticas monetarias del BCE, la liquidez total a diciembre de 2021 ascendió a 70.075,4 millones de dólares, las especies monetarias a 18.684 millones de dólares y la moneda fraccionaria a 84,4 millones de dólares, por lo que el dinero bancario al cierre del 2021ascendió a 51.307 millones de dólares.
Si se compara con estas mismas categorías del año 2004, se tiene que la liquidez agregada ascendía a 4.874,7 millones de dórales, las especies monetarias y monedas a un total de 1.143,7 millones de dólares y el dinero bancario a 3.731 millones de dólares. Esto significa que el dinero bancario ha crecido en los 21 años de dolarización casi 14 veces (más del 1.200 %). Por contrapartida, el PIB nominal del país en el mismo período ha pasado de 18.319 millones de dólares a 106.166 millones de dólares, es decir un crecimiento de 5,8 veces (480 %). Es evidente, entonces, que la cantidad de dinero bancario en el Ecuador ha crecido a un ritmo muy superior al crecimiento nominal de la economía, más del doble de lo que ha crecido la economía a precios corrientes.
En segundo lugar, con el fin de aislar de este crecimiento del dinero bancario el efecto del crecimiento nominal de la economía, se construye una serie teórica de lo que debió ser el total del dinero bancario si éste hubiera crecido al ritmo del crecimiento del PIB nominal, con lo cual se logra aislar el efecto del crecimiento económico y también de la inflación que año a año registró la economía ecuatoriana. Para este fin, y con el propósito de aislar los efectos de los primeros años del proceso de dolarización, se construyó esta serie del dinero bancario a partir de 2004, año en que la tasa de crecimiento del PIB nominal es más cercana al promedio de todo el período de dolarización.
En tercer lugar, se obtiene el exceso del dinero bancario que se registra en las estadísticas monetarias del BCE frente a la serie teórica del dinero bancario obtenida conforme al párrafo anterior, lo cual nos brinda un saldo de dinero bancario que está por encima de lo que debió crecer este dinero incluso por efectos del crecimiento nominal de la economía. De esta serie del saldo en exceso del dinero bancario se obtiene el incremento anual que tuvo para cada año del período 2004 a 2021 este dinero bancario en exceso. De este incremento anual de dinero bancario en exceso, finalmente, se resta el saldo de cada año de la balanza de pagos, que conceptualmente es el flujo de dinero que la economía ecuatoriana ganó o perdió frente al resto del mundo, así como la expansión monetaria que hubiera realizado el BCE mediante la adquisición de títulos al Ministerio de Finanzas, de acuerdo a la información de los balances monetarios publicados en estadísticas oficiales. Esto permite controlar tanto el efecto que podría haber tenido en la economía ecuatoriana los resultados de las relaciones económicas internacionales del país en todas las operaciones regulares, tanto privadas como del sector público, puesto que el saldo anual de la balanza de pagos captura el efecto de las transacciones comerciales de bienes y servicios, de financiamiento privado, del endeudamiento y del pago de deuda pública, de las remesas de migrantes, de los efectos de la inversión extranjera directa, etc., así como la expansión monetaria resultante de que el BCE haya expandido su balance al adquirir títulos del Ministerio de Finanzas, técnica ampliamente utilizada por los bancos centrales en años recientes para enfrentar procesos recesivos o crisis. Con esto se obtiene la variable de interés de este estudio, que es el crecimiento que año a año tuvo el dinero que tienen los bancos en el Ecuador y que no presenta ninguna justificación: ni por crecimiento nominal de la economía, ni por inflación, ni por efectos de los flujos externos, ni por expansión monetaria desde el banco central. Esta es la mejor aproximación posible a una cuantificación del dinero que podría haber ingresado de manera irregular al sistema financiero ecuatoriano.
Resultados
La metodología utilizada permite realizar una medición del dinero que consta en el sistema financiero ecuatoriano y que no tiene una explicación en flujos regulares, por lo que podría considerarse una buena aproximación de la cantidad de dinero que año tras año el sistema financiero permite regularizar, aunque su origen no sea claro o probablemente ilícito.
La tabla 1 presenta los resultados obtenidos con el análisis descrito. La tabla muestra para cada período el monto total de dinero bancario que se registra en el sistema financiero nacional y que está por encima del crecimiento nominal de la economía, de la cantidad de especies monetaria en circulación y de monedas en circulación. La línea dos muestra el saldo acumulado para cada período de la balanza de pagos, mientras la línea tres muestra cuánto se ha incrementado la cantidad de dinero bancario y que no tiene ninguna explicación macroeconómica aparente. La cuarta línea muestra en promedio cuánto dinero anual se podrá haber legalizado a través del sistema financiero nacional.
La metodología aplicada permite identificar que el monto de este dinero no regular en el sistema financiero ecuatoriano ha crecido en 27.400 millones de dólares desde el año 2005 hasta septiembre del 2022. Esto da como resultado que cada año el sistema financiero ecuatoriano ha regularizado en promedio 1.500 millones de dólares de dinero que no tiene una justificación económica en las cuentas monetarias, en el crecimiento económico ni en los flujos externos de la balanza de pagos.
Este resultado, más allá de la magnitud obtenida, presenta coherencia con lo señalado en los medios periodísticos que estimaban que el lavado de dinero en el Ecuador podía aproximarse alrededor entre 1 % y 5 % del PIB del país.
Por otra parte, el resultado obtenido muestra una curiosa relación con los períodos la realidad política del país. Se tiene que en promedio para el período 2007-2016 el sistema financiero habría regularizado flujos de dinero que ascienden a 1.200 millones de dólares anuales. Para el período 2017-2020 este monto habría ascendido a 2.600 millones de dólares anuales, y para el año 2021, año en que se ha consolidado la desregulación del sistema financiero, el monto anual de regularización de dinero sin explicación asciende a la cantidad de 3.500 millones de dólares.
Esto llama la atención también por el hecho de que este crecimiento de la regularización de dinero por parte del sistema financiero no guarda relación con la dinámica de crecimiento real de la economía, puesto que para el período 2007-2016 la economía ecuatoriana creció a un 3,4 %, para el cuatrienio 2017-2020 decreció a un -1 % y para los años 2021-2022 se prevé un crecimiento de un 3 %; es decir, el sistema financiero ha incrementado la cantidad de dinero que año a año regulariza mientras peor le ha ido a la economía nacional. Sobre este hecho económico llama la atención también que este incremento de la cantidad de dinero que el sistema financiero “regulariza” cada año ocurre cuando la actividad económica se ha empezado a estancar y cuando la actividad económica real al año 2021 aún no supera el nivel de actividad económica del año 2014, pese al crecimiento post pandemia y que la actividad económica del año 2022 sería similar a la del año 2017, por lo que el Ecuador aún no logra superar la crisis de la pandemia por el COVID-19. En resumen, el sistema financiero ecuatoriano ha empezado a “regularizar” dinero mientras a la economía peor le ha ido.
Conclusión
La existencia de un monto de dinero que ha sido lavado por parte del sistema financiero nacional genera varias preocupaciones. En primer lugar, que el sistema financiero no está cumpliendo a cabalidad con sus obligaciones establecidas en la normativa nacional para la prevención del lavado de activos y delitos vinculados, lo cual es sumamente grave. Los hallazgos de este análisis confirman análisis periodísticos que hablaban de que en el Ecuador se lava alrededor de dos por ciento del PIB anualmente, lo cual incluso parecería haberse incrementado en los últimos 6 años.
En segundo lugar, significa que el sistema financiero y sus principales entidades podrían estar involucradas. En tercer lugar, que las entidades financieras ecuatorianas se están beneficiando de esto, pues ingresan ese dinero a sus balances y realizan actividades que les generan ingresos y utilidades con ese dinero de origen irregular. En cuarto lugar, los datos sugieren que el monto anual de dinero que el sistema financiero introduce a la economía de actividades no regulares se ha incrementado durante el gobierno anterior y el gobierno actual, lo cual coincide con un incremento de sus utilidades, la desregulación financiera que se ha dado en el país desde el año 2018 y, lo más preocupante, se ha incrementado pese al estancamiento, recesión y débil recuperación económica del país, lo cual confirma la naturaleza especulativa del sistema financiero, de los agentes reguladores gubernamentales y el débil control de las superintendencias, así como de la entidad llamada a vigila en cumplimiento normativo sobre lavado de activos. Es penoso que estas actividades se hayan incrementado mientras el país ha vivido un proceso sostenido de empobrecimiento de la población, deterioro de los servicios públicos y explica, a la vez, el incremento de la violencia acaecido durante los últimos años.
Fuente web CELAG
No hay comentarios:
Publicar un comentario