Fernando Vega, Exasambleísta
Fernando Vega, asambleísta constituyente
por el Azuay, fue una de las primeras figuras de izquierda que expresó
su desencanto con el proceso liderado por Rafael Correa. "Hemos creado
un monstrito", dijo a diario Expreso. Hoy, este disidente sigue haciendo
política como ciudadano sin afiliación alguna.
Correa eligió Cuenca para celebrar los cinco años de gobierno. ¿Cómo lee usted esa elección?
El presidente dijo que Cuenca no era populista, así que sabe que esta es una plaza complicada para él. Su gran reto para las próximas elecciones no es solamente lograr la reelección, sino lograr una asamblea mayoritariamente favorable, cosa que es complicada. Ya ha hecho las reformas necesarias en el Código de la Democracia para generar una cancha más favorable. Y están acotando el futuro espacio electoral para jugar no solo con cancha inclinada sino con árbitro y reglas favorables. Pero Correa es el peor enemigo de Alianza PAIS porque, al haber ido concentrando poder como único líder indiscutible, ha ido erosionando los liderazgos locales.
Azuay votó por el Sí en la consulta. ¿Qué peso adjudica usted a la región en las elecciones?
Creo que el gran reto para la elección está justamente en los territorios locales, donde no existen líderes con apoyo popular. Si no es con el comodín de Correa, no funcionan. Con este talante centralista, vertical del gobierno, muchas de las acciones del propio gobierno no se canalizan a través de los gobiernos locales. Se canalizan a través de los ministerios, en esa estructura piramidal y, evidentemente, muchas de las expectativas locales no han sido respondidas por sus autoridades, sí por el presidente.
Y la oposición de izquierda, ¿tiene líderes regionales?
Bueno, tampoco es fácil para la oposición. Evidentemente aquí Paúl Carrasco va a tener un liderazgo, lo tiene. Pienso que en Cuenca podrían arrastrar gente los chicos de Ruptura de los 25. Pero estamos en un invierno de liderazgo no solo en el ámbito del Ejecutivo sino también en el de los movimientos sociales, que han quedado a la deriva, en muchos casos, y fuertemente atacados por el gobierno. Ha habido una gran desmovilización.
Correa eligió Cuenca para celebrar los cinco años de gobierno. ¿Cómo lee usted esa elección?
El presidente dijo que Cuenca no era populista, así que sabe que esta es una plaza complicada para él. Su gran reto para las próximas elecciones no es solamente lograr la reelección, sino lograr una asamblea mayoritariamente favorable, cosa que es complicada. Ya ha hecho las reformas necesarias en el Código de la Democracia para generar una cancha más favorable. Y están acotando el futuro espacio electoral para jugar no solo con cancha inclinada sino con árbitro y reglas favorables. Pero Correa es el peor enemigo de Alianza PAIS porque, al haber ido concentrando poder como único líder indiscutible, ha ido erosionando los liderazgos locales.
Azuay votó por el Sí en la consulta. ¿Qué peso adjudica usted a la región en las elecciones?
Creo que el gran reto para la elección está justamente en los territorios locales, donde no existen líderes con apoyo popular. Si no es con el comodín de Correa, no funcionan. Con este talante centralista, vertical del gobierno, muchas de las acciones del propio gobierno no se canalizan a través de los gobiernos locales. Se canalizan a través de los ministerios, en esa estructura piramidal y, evidentemente, muchas de las expectativas locales no han sido respondidas por sus autoridades, sí por el presidente.
Y la oposición de izquierda, ¿tiene líderes regionales?
Bueno, tampoco es fácil para la oposición. Evidentemente aquí Paúl Carrasco va a tener un liderazgo, lo tiene. Pienso que en Cuenca podrían arrastrar gente los chicos de Ruptura de los 25. Pero estamos en un invierno de liderazgo no solo en el ámbito del Ejecutivo sino también en el de los movimientos sociales, que han quedado a la deriva, en muchos casos, y fuertemente atacados por el gobierno. Ha habido una gran desmovilización.