Dos tercios de estos 40 millones de niños y niñas se concentran en tres países: 13 millones en India, 8 millones en Nigeria y 5 millones en Etiopía.
En el año 2000 los líderes mundiales se comprometieron a reducir la mortalidad infantil en dos tercios para 2015 como uno de los ocho Objetivos de Desarrollo del Milenio. Ha habido avances, hoy hay 4 millones menos de muertes al año que en 1990, pero aún pierden la vida más de 8 millones de niños y niñas antes de cumplir los cinco años. Para reducir las muertes no se necesita avance tecnológico, las soluciones existen, se necesita avance político que permita que esas soluciones lleguen donde se necesitan.
El 40% de las muertes se pueden prevenir con personal sanitario presente durante el parto, acceso a cuidado de obstetricia de emergencia y durante el embarazo y las primeras semanas de vida. Otro tercio de las muertes son a consecuencia de neumonía y diarrea, que se pueden prevenir con una combinación de agua potable y saneamiento, nutrición adecuada y una nueva generación de vacunas.
Se necesita un mayor esfuerzo por parte de los países empobrecidos. Tan solo cinco gobiernos africanos están cumpliendo el compromiso adquirido en la Cumbre de la Unión Africana en 2001 de destinar el 15% de su presupuesto a salud. Pero también se necesita una mayor inversión de los países donantes. Actualmente la ayuda para salud materna e infantil apenas llega por los pelos a un tercio de lo que necesita para proporcionar a todas las madres y a sus hijos la ayuda sanitaria básica.
El cuidado sanitario por si sólo no asegura que se salven los 8 millones de vidas de niños y niñas que se pierden cada año, pero sin acceso a los servicios sanitarios básicos el mundo no podrá cumplir los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Asegurar una asistencia sanitaria a todos los niños y niñas, independientemente de dónde vivan requiere cerrar tres brechas:
En el año 2000 los líderes mundiales se comprometieron a reducir la mortalidad infantil en dos tercios para 2015 como uno de los ocho Objetivos de Desarrollo del Milenio. Ha habido avances, hoy hay 4 millones menos de muertes al año que en 1990, pero aún pierden la vida más de 8 millones de niños y niñas antes de cumplir los cinco años. Para reducir las muertes no se necesita avance tecnológico, las soluciones existen, se necesita avance político que permita que esas soluciones lleguen donde se necesitan.
El 40% de las muertes se pueden prevenir con personal sanitario presente durante el parto, acceso a cuidado de obstetricia de emergencia y durante el embarazo y las primeras semanas de vida. Otro tercio de las muertes son a consecuencia de neumonía y diarrea, que se pueden prevenir con una combinación de agua potable y saneamiento, nutrición adecuada y una nueva generación de vacunas.
Se necesita un mayor esfuerzo por parte de los países empobrecidos. Tan solo cinco gobiernos africanos están cumpliendo el compromiso adquirido en la Cumbre de la Unión Africana en 2001 de destinar el 15% de su presupuesto a salud. Pero también se necesita una mayor inversión de los países donantes. Actualmente la ayuda para salud materna e infantil apenas llega por los pelos a un tercio de lo que necesita para proporcionar a todas las madres y a sus hijos la ayuda sanitaria básica.
El cuidado sanitario por si sólo no asegura que se salven los 8 millones de vidas de niños y niñas que se pierden cada año, pero sin acceso a los servicios sanitarios básicos el mundo no podrá cumplir los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Asegurar una asistencia sanitaria a todos los niños y niñas, independientemente de dónde vivan requiere cerrar tres brechas:
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