La Agencia Medioambiental de Alemania (UBA) presentó recientemente un informe en el que alertó sobre los peligros para la salud humana de las lámparas ahorradoras en caso de romperse, por su contenido de mercurio. Una prueba realizada por el organismo evidenció que, después de la rotura de una lámpara ahorradora, la carga de mercurio en el ambiente se multiplicaba por 20 sobre el nivel de referencia de 0,35 microgramos por metro cúbico.
Grupos de protección al consumidor pidieron incluso que se levantara la prohibición de bombillas tradicionales en la Unión Europea (UE) mientras no existan alternativas seguras en el mercado. Al parecer, los Estados aparentemente se quedaron dormidos en materia de seguridad en el producto.
El ahorro comprobado de energía de estos focos, que llega a un 80 por ciento, se debe lograr con productos seguros sin riesgos evitables para la salud, agregó. En la prueba se analizaron dos focos ahorradores de fabricantes europeos, uno con dos miligramos y otro con cinco miligramos de mercurio, los que se rompió de manera intencional en estado caliente.
En ambos casos, después de cinco minutos y después de cinco horas, se detectaron concentraciones de mercurio en el ambiente a una altura de un metro del piso que podían afectar a embarazadas, niños pequeños y personas sensibles.
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