Alberto Acosta es un prestigioso catedrático de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) y además ex presidente de la Asamblea Constituyente de Ecuador.
Pronosticó que el país va a finalizar el 2.010 con un crecimiento económico del 3,5%, cifra que en el transcurso el año próximo podría subir algo hasta el 4%.
A juicio del catedrático estas cifras son insatisfactorias teniendo en cuenta las necesidades de una sociedad como la ecuatoriana, que en la actualidad tiene posibilidades de crecer a un ritmo de su PIB en ningún caso menor al 6% anual.
En declaraciones periodísticas Acosta reconoció de cualquier forma los enormes esfuerzos que están realizando los integrantes del gobierno para hacer frente a los últimos coletazos de la crisis económica global, que en gran parte ya ha desaparecido del horizonte del país latinoamericano.
Ecuador está realizando en la actualidad, al igual que la mayoría de los países de Latinoamérica, una política macroeconómica contracíclica que busca neutralizar definitivamente los estragos de la crisis internacional.
Esta política está caracterizada por el énfasis puesto en los planes de inversión social que reduzcan la inequidad y por un gran esfuerzo para construir infraestructura que ayude a modernizar al país, devolviendo así al Estado un lugar de importancia dentro de la economía nacional.
Estos lineamientos forman parte de la llamada Revolución Ciudadana que desde su asunción en el año 2.007 lleva adelante la administración del presidente Rafael Correa, un reconocido crítico del neoliberalismo.
La inversión social pasó del 4% del PIB en el año 2.006 a más del 8% en año pasado, y este año es probable que suba todavía unas décimas más.
Pero a pesar de todo la pobreza no está cayendo al ritmo que debería hacerlo y no aparecen todavía importantes bajas en los índices de reducción de la misma y de la inequidad social.
Al contrario, en el sector indígena de la población estos índices han subido en los últimos meses hasta un 10%, cifra por demás preocupante y que hay que atacar de inmediato.
El índice de desempleo tuvo una caída del 9 al 7% una vez pasado lo peor de la crisis, pero igualmente se mantiene en cifras altas considerando que en Ecuador hay un nivel de subempleo que ronda el 50% y que prácticamente no cayó después de los efectos de la crisis global.
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