En efecto, el marco legal de hidrocarburos establece que el 12 por ciento de las utilidades que ofrece el petróleo, quedan en la Amazonia y sus comunidades. “La plata por ley va a quedar aquí y estamos hablando de centenas de millones de dólares”, expresó, puntualizando que la misma lógica se aplica a la Ley de Minería que establece que el 60 por ciento de las regalías de lo que las empresas deben pagarle al Estado son de la comunidad donde está la mina.
En este sentido, explicó que una forma de satisfacer las necesidades básicas de la población consiste en explotar los recursos naturales, viviendo en armonía con la naturaleza, pues “todo progreso en algo transforma la naturaleza, así que rechacemos esas posturas fundamentalistas de no al petróleo, no a la minería, no a las hidroeléctricas”, puntualizó, exponiendo las contradicciones de los sectores que exigen el progreso y proponen no atentar contra la naturaleza.
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